Desde las gargantuas electrónicas que se hacen conocer mediante una aparición en RAdio KAlcio hasta la Medusa Hipnotica proveniente de una carretera desierta en medio de una carretera.
Desde el pedazo de atún que comienza su vida en una lata del tamaño de un escarbadientes hasta el mismo grito de Horacius en un éxtasis total después de horas incontables e inagotables de B.B.B.
P.P.P IV manifiesto inacabable de unas horas interminables e infinitas pero finitas y que terminan en algun momento.
Avecinandose un trono de realidad se impone de manera absoluta la misma conciencia que nos reúne hoy en día. Ceremonialmente predispuesta, la ultima nota sonará cuando no sea debido, en el momento que tenga que ser.
En otro costado del armario, el esfuerzo por mantenerse ávidamente correcto transmite su única trascendencia: todo siempre, siempre nunca.
Seguimos, desde el rol interminable de la acústica y magonejica porción de nada, me encanta la eme, hemos de continuar el viaje hacia los abismos innominables del nunca siempre, para recurrir a la siempre amada cósmica naturaleza del dientes de sable. Seamos sinceros y acariciemos la suave textura del pleno Truato en temporada alta, dejemonos llevar por nuestras propias limitaciones y exacerbemos nuestra posibilidad como un manantial de agua podrida, cual charco de lodo en abril.
Una introduccion de los saberes cosmicos de un tal B.B.B.
Viajando a través de una interminable red de cabinas telefónicas los registros bucle-temporales, B.B.B y RAdio KAlcio, unidos en un pacto de sangre que nunca sufre de ningún tipo de sulfatacion hepática, se transportan telepáticamente hacia donde quiera que sea. Y así será.