Muchos viajantes continuos que llegan eventualmente a estas zonas, se tratan de navegantes perdidos en las costas del Río de Truasia. Un río que podría ser cualquier cosa.
Abarcando desde la Parte Alta hasta las costas lindantes con la Isla de Parmissania, el Rio de Truasia se extiende por innumerables millas, kilómetros, pasos, pulgadas o cual sea la unidad que usted desee utilizar para su análisis.
De la materia que lo compone no se sabe mucho, simplemente se puede conjeturar potencialisticamente acerca de su contenido, y eso no seria demasiado.
En determinado momento, dadas ciertas circunstancias en determinado momento, se dieron las circunstancias necesarias para que Leopoldo (el naufrago) se viera perdido en las costas marítimas de la amplia Truasia.
Y dado el fenómeno del potencialismo, al que prácticamente no podemos evitar, el Río de Truasia podría representar para algunos conformistas, para todos, pero no para usted, una suerte de paraíso acabado, pero no. (No?) Como lo más probable es que nadie de cuenta de esta suerte de aproximación al concepto, queda establecido que estos principios, los del potencialismo, son iguales para todos los ciudadanos Truatos y no Truatos.
De esta y otra manera, es así como el Rio de Truasia podrías ser, tanto cualquier cosa, como una cosa en particular. Una cosa en concreta. Lo interesante de este asunto, es la curiosa manera de evocar, con cada cosa, todo su potencial. Y es que es allí donde radica su identidad, aunque nadie nunca, jamás de los jameses, pueda siquiera interpretar un símbolo de lo que, en cualquiera de los modos, se este hablando.
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